Santiago de Compostela es una ciudad que vibra en historia y encanto único. Es conocida en todo el mundo por ser el punto final del Camino de Santiago y por acoger, en su monumental Catedral, la tumba del Apóstol Santiago. Pero si crees que esto es lo único que ofrece la capital de Galicia no podrías estar más equivocado. Esta ciudad gallega posee los atributos que enamoran a todo el que la visita.

Te contamos algunos de ellos:

Como no podía ser de otra forma, la primera y principal visita en Santiago es su imponente Catedral y la tumba del Apóstol Santiago. La catedral está construida entre los siglos XI – XIII y está declarada como Bien de Interés Cultural (BIC). Una vez allí, si tenemos suerte, podemos ver el impresionante vuelo del Botafumeiro en alguna de sus misas diarias.

 

A la salida de la Catedral, no puedes obviar un paseo por la plaza do Obradoiro. Desde ella podrás apreciar y fotografiar la imponente fachada de la catedral. A tu izquierda, encontrarás el Parador nacional de los Reyes Católicos. Es un buen momento para visitarlo y tomar un aperitivo en su terraza. Frente de la catedral está el Pazo de Rajoy; hoy en día alberga el ayuntamiento de Santiago. Al lado derecho encontrarás el Colegio de San Jerónimo.

 

Subiendo por la escalinata al lado de la catedral, la cual es la entrada de los peregrinos que llegan por el camino Francés, nos ubicamos en seguida en la Praza da Inmaculada, donde está el Monasterio de San Mariño Pinario, de obligada visita. Si sigues subiendo encuentras la Praza de Cerventes y bajando por la calle de San Bieito, a mitad de calle, encuentras un curioso mojón, muy nombrado en Galicia como “O Carallo 29”.

 

El segundo lugar más visitado de Santiago después de la Catedral es el Mercado de Abastos. La exquisita materia prima gallega, tanto de mar como de tierra, hace que el Mercado de Abastos de Santiago sea un espectáculo. Puedes disfrutar simplemente viendo el ambiente y los magníficos puestos que hay. Aunque mucha gente probablemente haya ido únicamente para mirar, y ha vuelto a casa con las manos llenas. Puedes comprar lo que te apetezca y en alguno de los restaurantes que encuentras allí te los cocinan al momento. Nada más fresco y natural. El mercado cuenta con servicios curiosos, tales como un dispensador de leche del día, pedidos on-line o servicio a domicilio.

Espacios Naturales

En Santiago de Compostela hay muchas zonas verdes y los espacios naturales no faltan. Te recomendamos que visites la Alameda, desde allí podrás tener unas vistas preciosas de la Catedral.  Además, no puedes irte de allí sin hacerte una foto con “Las dos Marías”, también conocidas como “las dos en punto”. Se trata de una estatua de dos hermanas que pasaron a ser de esos personajes pintorescos que cada ciudad tiene. Las coloridas mujeres se hicieron fama por salir a las dos en punto a dar un paseo y coquetear con los jovenes. Todo esto vestidas de manera excéntrica y exageradamente maquilladas.

En el mismo parque encontrarás el banco sonoro o “banco de los enamorados”. Está construido en piedra de granito; su diseño, ubicación especial y orientación, facilitan la curiosa propiedad de transmitir muy bien el sonido de un extremo al otro. Para su época era el lugar ideal de los enamorados para susurrar frases románticas que la piedra trasmitía de un extremo a otro sin el mínimo contacto entre ellos. Interesante, verdad?

 

El Parque de Santo Domingo de Bonaval está en una colina cerca del acceso tradicional del Camino Francés. Por el sur, está cerca del Museo do Pobo Galego y el Centro Gallego de Arte Contemporáneo. Éste último y este Parque son obra del prestigioso arquitecto portugués Alvaro Siza. En el Convento de Santo Domingo de Bonaval (ahora museo do Pobo Galego), se encuentra la impresionante triple escalera de caracol.

Las Sombras:

Por la noche, no puedes dejar de pasearte por la ciudad. El ambiente movido del día pasa a fundirse con un aire casi misterioso que se respira por sus calles que parecen guardarnos otros secretos. Entre ellos, no te puedes perder las dos sombras más famosas de Compostela: la sombra del peregrino y la del monje que manda a guardar silencio.

 

La primera sale al caer la tarde y encenderse el alumbrado en la Plaza da Quintana. Dice la leyenda que pertenece a un sacerdote que mantenía relaciones con una religiosa del convento de San Paio y que todas las noches se reunía con ella cruzando un pasadizo existente bajo la escalinata de la Quintana y que unía la Catedral al convento. Después de algún tiempo, el sacerdote propuso a la religiosa escaparse juntos para vivir su amor libremente. Se citaron al anochecer y el clérigo se disfrazó de peregrino para no llamar la atención y la esperó pacientemente, pero ella, nadie sabe por qué, no acudió a la cita. El nunca se ha resignado a la evidencia. Desde entonces, al caer la noche, él sigue acudiendo puntualmente a la cita. Cada noche. Todas las noches. La segunda se proyecta sobre la fachada de la iglesia de San Francisco.

Y tu cuales nos recomiendas?

 

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